domingo, 17 de mayo de 2015

CÓMO SUPERAR LAS LIMITACIONES DE TU CÁMARA RÉFLEX
Las cámaras de fotos, por muy buenas que sean, tienen sus limitaciones y más cuando hablamos de cámaras para aficionados y no máquinas profesionales. De esto te habrás dado cuenta ya, y puede que en más de una ocasión este hecho haya conseguido frustrarte. Sin embargo, las limitaciones muchas veces las ponemos nosotros mismos. Esto ocurre en la vida en general. ¿Cuántas veces te has convencido de que no podías hacer algo? ¿Cuántas veces te has negado un sueño, un logro por ni siquiera intentarlo?

El ciego que lo “veía” todo

Si te cuento todo esto es para que veas que las limitaciones se pueden superar. Siempre. De un modo u otro, pero se puede. Con esfuerzo, con aprendizaje, con práctica, con entusiasmo, con apoyo, con ayuda, con pasión. Pero se puede. Vale, me dirás que un ciego no puede ver. Cierto, no puede ver con los ojos, pero puede ver con el corazón, no puede leer con los ojos, pero sí con los dedos, no puede ver un rostro pero sí sentirlo. A veces no podrás derribar un obstáculo, pero puedes esquivarlo o saltarlo. Pero todo depende de ti, de que pongas el empeño, la pasión, las ganas y sobre todo de que te lo creas, de que lo intentes, de que pongas todo de tu parte para que esa limitación se convierta en una oportunidad.

La limitaciones de tu cámara de fotos

Volviendo a lo terrenal y al tema que nos ocupa que es la fotografía y las limitaciones de nuestra cámara, te diré que igualmente puedes aplicar todo lo que te acabo de contar. Antes de aparcar tu cámara o lanzarte como loco a comprarte el último modelo, piensa bien si todas esas barreras que encuentras en tu cámara son realmente tan insalvables o puedes “vivir con ellas” porque aprendes a superarlas de una forma u otra.
Hoy te voy a poner algunos ejemplos de obstáculos que te puedes encontrar con una réflex para principiantes y cómo solucionarlos o salvarlos, ¿quieres acompañarme en este ejercicio de superación? ¡Allá vamos!

1. Tus fotos tienen ruido aun con un ISO bajo

La fotografía es luz. Otra cosa que no me cansaré de decir por aquí, pero es una realidad. Una fotografía necesita luz, pero no sólo eso, es que además la luz puede ser un elemento creativo de tu imagen. En muchas ocasiones tendemos a tirar de ISO cuando las condiciones de luz no son las óptimas, y lo hacemos porque es una herramienta más con la que contamos y claro, ¿por qué no usarla? Pero esto tiene un precio, y es el ruido que aparece en ocasiones. Ahora pregunto, cuando subes el ISO ¿es tu último recurso? ¿o al ver que había poca luz directamente has reajustado este valor? Pues te diré que hay otras cosas que puedes hacer antes de tocar este botón.
o    Acercarte a una fuente de luz. Podrá parecer una solución tonta, pero algunas veces con las prisas ni lo pensamos. Lo más probable es que puedas acercarte a una ventana, o a otra fuente de luz artificial si estás en interiores. Si esto no es posible tienes otras opciones.
o    Abre el diafragma al máximo, es decir, pon el número “f” de tu cámara lo más bajo posible. De esta forma entrará mucha más luz.
o    Si es posible, aumenta lo que puedas la velocidad de obturación.
Compensa la exposición. En la imagen ves rodeado el exposímetro.
 o    Utiliza un flash. A ser posible un flash externo, el de la cámara no suele ser de mucha ayuda, pero si te vale… ¡estupendo!

2. Tus fotos salen muy oscuras

La apertura del diafragma (o el número “f”) está limitada al objetivo que estés utilizando. Si tu objetivo no es muy luminoso y no puedes abrir mucho el diafragma, puedes recurrir a las alternativas que te comentaba en el punto anterior. Comienza con una correcta exposición y medición y deja para el final el ajuste del valor ISO.

3. Tus fotos salen movidas

Si utilizando la velocidad máxima de obturación tu imagen sigue saliendo movida, puedes recurrir a los siguientes trucos:
o    Si cuentas con él, activa el estabilizador de imagen.
o    Sujeta la cámara de forma correcta.
o    Si puedes, mejor utiliza un trípode, de esta forma te aseguras la mayor estabilidad posible.
o    Utiliza un disparador remoto o en su defecto, utiliza el temporizador de la cámara, así evitarás cualquier mínimo movimiento al disparar la cámara.

4. Tu cámara no es “Full Frame”

Aquí voy a ser breve… ¿Necesitas de verdad una cámara Réflex “Full Frame”? Tal vez te estés dejando llevar por la moda, el marketing o por la inseguridad de que si no tienes “Full Frame” no puedes hacer buenas fotos. El ojo de fotógrafo lo tienes tú, no la cámara, la cámara sólo es la herramienta, el pincel del pintor, pero el pintor eres tú. Se han hecho fotografías muy “grandes” a lo largo de la historia antes de que existiera el “Full Frame”, ¿no crees?

5. Cuentas con pocos puntos de enfoque

Habrás oído hablar de que si una cámara tiene 39 puntos de enfoque, que si otra tiene veintitantos, que si la otra 15, 9… Hay muchos modelos, gamas y “tontería”. Cuando hablo de tontería hablo de pensar que más es más, y no siempre es así. A veces no es tanto la cantidad como la calidad. No por tener más puntos de enfoque necesariamente tu foto quedará mejor, es más importante que enfoquen bien y que tú sepas utilizarlos. Pero si ni la calidad de tus puntos de enfoque ni la cantidad te parecen suficientes, tal vez es porque has dejado que el modo automático decida el enfoque. Pues este es el momento de que enfoques de modo manual. Si controlas tú el enfoque lograrás mejores resultados en la mayoría de las ocasiones.

6. Tu cámara tiene “pocos” megapíxeles

¿Tienes pensado hacer un póster que ocupe todo el salón de tu casa? ¿O sacar el retrato de tu novia o tu novio a tamaño natural para cuando esté fuera de casa no echarlo/a tanto de menos? Si no es así, no te preocupes tanto por este numerito porque no es tan importante. Los megapíxeles no le dan calidad a tu imagen, no te equivoques. Para lo que sirven es para conservar la calidad a la hora de imprimir en papel hasta un cierto tamaño. Por ejemplo, con 12 MP puedes imprimir hasta un tamaño de 36.3 x 23.7 cm con una calidad excelente. 
¿No te he convencido? Ahhh, claro, a ti lo que te pasa es que recortas mucho la foto y claro, empiezas a perder megapíxeles por ahí y luego no hay quien saque una ampliación decente, ¿verdad? ¡Pues en ese caso puede que hasta 36 MP se te queden cortos! Te preguntarás cuál es la solución, pues bien fácil. ¡No recortes tanto! 

Para terminar…

¿Te he convencido? Aquí tienes sólo algunos ejemplos, pero la “lección” de hoy no es que aprendas paso a paso cómo solucionar estos ejemplos, sino que te quedes con el mensaje de que las limitaciones con las que te encuentres eres capaz de superarlas siempre que tú quieras. Piensa, imagina, crea, investiga, pregunta, cambia la forma de mirar, prueba con un plan “B”, o “C” o incluso “D”, el diccionario tiene muchas letras. Lo importante es que no te digas a ti mismo que no puedes, que no te convenzas de que tu cámara te limita a la hora de mejorar tu fotografía y te lances a gastarte el dinero en el modelo más caro del mercado esperando despejar todos tus problemas, porque tal vez el problema lo tienes tú por creer que no puedes. Y sí, sí puedes. Ahora sólo tienes que intentarlo, bueno, no, mejor dicho… ahora sólo tienes que HACERLO  Porque no puedes esperar a que tu cámara lo haga todo por ti, eres tú el que ha de controlar la cámara y no la cámara la que te controle a ti, es como a la hora de conducir, no puedes dejar que el coche te domine a ti, eres tú el que ha de dominar el coche.

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